jueves, 7 de marzo de 2013
martes, 10 de julio de 2012
martes, 3 de julio de 2012
¿Por qué Ud. cree en lo que cree?
Las creencias son CONDICIONAMIENTOS que nos inculcan desde la mas tierna
infancia, cuando aún somos una tabula rasa e indefensos ante el embate de cualquier
ideología introducida en nuestro
bio-ordenador cuyo hardware es el cerebro y el cuerpo a través de un programa (software)
que se expresa por lo que llamamos mente.
Así por ejemplo; si una persona
nace en Arabia, en Irán, Argelia, Afganistán, etc. Lo más probable es que sea
musulmán y lector del Corán.
Adoradores de Krishna en la India. Mormón
o Testigo de Jehová si nace bajo el
alero de una familia que profesa esa religión. Ateo si hubiera nacido cuando existía la URSS. Y así sucesivamente.
Las creencias no son
necesariamente una verdad, pues se oponen unas a otras. Es más bien para encubrir nuestra falta de coraje y de
valor para encontrar la verdad en el universo, en nosotros mismos y por
nosotros mismos. Es que deseamos un camino fácil, algún mapa, un guía, un mesías, un salvador. Todas las religiones
tienen su origen en el miedo. Miedo a aquello que nos parece extraño, o a lo
que nos provoca angustia, miedo al fracaso, a lo inseguro, a la soledad, al no
ser aceptado socialmente, miedo a lo que
no podemos comprender, controlar y miedo a la libertad, etc. Y el miedo principal
de todos, el miedo a la muerte, esa certeza de que algún día vamos a
desaparecer para siempre de la faz de la tierra sin la convicción de que talvez
no continuemos viviendo en un más allá. Esta es la causa principal de todos
nuestros temores, porque nuestra mente desee perpetuarse, continuar,
eternizarse y es por eso que se crea una necesidad de creer, necesitamos de
algún dios o nirvana, para no sumirnos en una angustia o depresión existencial.
Es por eso que el ser humano tiene miedo a la libertad, porque esta libertad
demanda compromiso de encontrar las respuestas por si mismo y no en alguna
Biblia, Corán, Bhagavad-Gita, etc. Evadimos esta responsabilidad de ser libres
por la falsa seguridad que encontramos en un dios creador y compañía Ltda.
(Colectivos religiosos).
La creencia en un supuesto dios con toda su
gran parafernalia; ángeles,
demonios, cielo, infiernos, pecadores y santos, karma y reencarnación y cuanta porquería es capaz de imaginar la mente humana. Cumple
sin embargo al otorgar un cierto sentido a la vida
de aquellos que producto de su
inmadurez, su infantilismo
necesitan imaginarse un padre
protector y consolador. Incapaces de
confiar en si mismo, por haber sido manipulados
desde niños, apabullados por la inmensa
presión que han ejercido
sobre su psique, pero mas sobre su
cuerpo, los programas religiosos que cuentan con siglos de experimentación y que se ejercen utilizando
las fuerzas vivas de la sociedad; los padres, el colegio, los sacerdotes
,los políticos y el mismo Estado cuando es
necesario.
Una vez condicionados, nos
volvemos cómplices del sistema, y esa es
una de las cosas más negativas y lastimosas que nos ocurren, desde luego
sin tomar consciencia plena de este hecho. Entonces deseamos que los demás sean
como nosotros, que transiten por el mismo camino “recto” establecido.
Repitiendo lo que a su vez hicieron nuestros padres con uno. Si fuera posible
educarlo en el mismo colegio, asistiendo a la misma organización
religiosa y participando activamente en ella (catequesis, estudio de la Biblia , rituales,
ceremonias, peregrinaciones, cruzadas, trabajos misioneros y otras actividades
sociales tendientes a socorrer a nuestro prójimo desvalido, etc.). Acciones que
tienen como objeto terminar de moldear nuestro cerebro y darnos un sentido de
trascendencia y magnificación. Así por lo menos era en el pasado. Actualmente
solo las clases más pudientes de la sociedad pueden seguir con esta tradición.
Un ejemplo de ello lo tenemos en la
gente que pertenece al Opus Dei. Para no arriesgarse, esta secta católica, ha
creado sus propios colegios y sus propias universidades. Estos grupos ultra
conservadores son los que están complotando
para tratar de alguna manera de controlar la red.
Ahora, la otra pregunta que se
nos plantea: ¿Puede el ser humano funcionar sin
ningún tipo de condicionamiento sea este religioso, filosófico, político
o de cualquier otra índole?
Hay quienes sostienen que tal cosa es imposible. Como ateos no podemos recurrir como es lógico a ninguna fuente metafísica o
espiritual para explicar este fenómeno.
Es la ciencia la que se encargará
de resolver este enigma. A nuestro
parecer la medicina se esta acercando cada día mas a una resolución al respecto. Al descifrar nuestro
código genético, y el sistema endocrino donde se guardan las claves de la
supervivencia y la conducta humana.
Debemos estar atentos que dichos
conocimientos no caigan en manos inescrupulosas y se utilicen a su ves para
manipular al ser humano convirtiéndolo
en un mero robot al servicio de
las grandes corporaciones internacionales cuya influencia en el mundo globalizado es cada día mayor, y un
resultado de sus mismas visiones
empresariales. Donde primero esta el lucro, antes de cualquier
consideración social y humanista, y ni
que decir del tema ecológico. Donde el ser humano, al igual que las
organizaciones religiosas, vale más como rebaño que como individuo.
Pensamos hasta ahora, que nadie
deja al infante sin condicionar. Aunque los padres no se lo propusieran, los
niños siempre tienden a imitar a sus mayores y lo peor es que tratamos de
imponer una creencia mucho antes de que ellos empiecen a inquirir por si mismo,
matando su inocencia. Si ellos no lo hicieran
la escuela se encargaría de hacerlo.
Si no fuera la escuela, la radio, la televisión
o algún otro medio audio visual, algún líder carismático, un escritor
GURÚ, y por supuesto la religión local organizada. Nuestra propuesta, es que
los padres y la sociedad en su conjunto respeten la libertad del infante
hasta que este sea capaz de decidir por si mismo, sin presiones de
ningún tipo, la adherencia a alguna
creencia o ideología en particular.
Ortega y Gasset decía: Siempre que enseñes, enseña a DUDAR
de lo que enseñas.
También se nos enseña a creer
que si logramos comprender un
fenómeno o si logramos describirlo en
forma intelectual, obtendremos CONTROL sobre el, como si leer sobre equitación
equivale a galopar o leer sobre natación equivale a saber nadar. La repetición
reiterada y majadera sobre conceptos abstractos como el de dios, el alma,
satán, reencarnación, u otros más directos; como virtud, amor, compasión,
abnegación, sacrificio, etc. nos da la falsa sensación de que conocemos de lo
que se trata. Esta es una de las técnicas más antiguas de programación. La oración es otra. ¿A quien
vas a rezar si no hay nadie allí ‘? El
que reza se escucha a si mismo, y se
está auto programando en la vana esperanza que
sus oraciones sean escuchadas por algún santo o por el mismísimo Dios.
Volveremos sobre este particular, en otro ensayo.
Para finalizar reiteramos que
las creencias son un mecanismo
sicológico sin el cual muchas personas vivirían su vida de manera traumática,
al no poderla dotarla de sentido. Demuestra como aseveramos inmadurez,
prejuicios, y temor ante los desafíos
impredecibles de la vida. Por eso
necesitamos de un padre protector que nos dicte lo que debemos y no debemos
hacer, con la política infantil de los premios y castigos divinos, preparándonos
para la vocación del sometimiento. Por eso las religiones se avienen tan bien
con las ideologías políticas, porque en lo medular, ambas apuntan a lo mismo,
la OBEDIENCIA. Además las creencias son gratis y muy fáciles de encontrar. Tampoco
demanda grandes trámites cambiarse de
una religión a otra. Siempre somos bienvenidos, y mas aún si Ud. Tiene una abultada cuenta
bancaria. En lo principal no demanda un gran esfuerzo intelectual al respecto.
Al contrario toda duda razonable que nace del libre ejercicio del recto pensar
y justo entender como dicen algunos juristas, parece estar en directa oposición
con lo que se define como fe.
¿Cree usted en la existencia de
la luna, el sol, el universo o en la tierra en la que ahora usted esta
pisando?, indudablemente que no. Son cosas evidentes por si mismas. Creemos en
algo, porque simplemente no
existen, ¿Sino que necesidad habría de
creer?
martes, 12 de junio de 2012
martes, 22 de mayo de 2012
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